Hemos destinado esta sección para tratar de resolver las dudas que con frecuencia tienen padres y madres
de familia respecto a sus hijos. Incluiremos las preguntas que nos envíen desde el formulario que aparece
en la página principal.
Utilice la opción de búsqueda para encontrar fácilmente temas
específicos abordados en las distintas secciones del sitio:
72. Mi nena de 2 años sufre de estreñimiento. Este tema lo tenemos controlado, a base de
medicación, pero ella aguanta las ganas de hacer caca, hasta 5 o 6 días. Los últimos días ya ni
come y pasa sentada para evitar que le vengan las ganas de hacer. Tenemos que terminar
poniéndole un supositorio de glicerina para que haga, pero la retiene hasta que no puede más.
Estoy haciendo un tratamiento con psicólogo, pero mucho no me dice, más que hacerle una
rutina de sentarla en la pelela (inodoro de entrenamiento) todos los días e incentivarla para que
haga fuerza. Ella está en la pelela pero cuando se le dice que haga fuerza ya se quiere parar o
empieza a llorar. También estamos probando homeopatía, pero me gustaría tener su opinión
respecto al tema y si de alguna manera me pueden ayudar a que se le vaya ese miedo y no
realice más esa retención voluntaria. Desde ya, muchas gracias.
Agradecemos mucho su confianza al plantear su consulta. Lamentamos la incomodidad por la que está
pasando su niña y su familia en general. En este caso, y debido a que el padecimiento se ha prolongado,
lo primero que debe hacerse es una serie de exámenes médicos minuciosos que permitan descartar
trastornos neurológicos, anatómicos, enfermedades específicas o alergias que pudieran estar provocando
la situación. Aunque en su mensaje indica que la niña está tomando medicamento, se recomienda siempre
escuchar la opinión de varios médicos pediatras especialistas para tener un diagnóstico más certero.
Por otro lado, son varios los motivos por los cuales puede producirse esta retención voluntaria de heces
que está experimentando su hija. La edad para el control de esfínteres (aprender a dejar los pañales) se
ubica generalmente en los dos años, sin embargo, tienen hasta los cuatro años para hacerlo según su
madurez neurológica y aún después pueden seguir habiendo accidentes. Un entrenamiento demasiado
estricto o riguroso puede provocar estrés innecesario en el infante, lo cual puede ocasionar el tipo de
estreñimiento que indica. Para iniciar el entrenamiento para ir al baño hay que verificar que existan señales
indicadoras de que el niño o la niña ya está listo/a para aprender, como por ejemplo, que amanezca con el
pañal seco o que permanezca seco por períodos más prolongados durante el día, lo cual significa que su
vejiga está conteniendo más y mejor. Lo mismo sucede con la defecación; una señal indicadora puede ser
que el niño o la niña tenga un “horario” para defecar o que avise después de evacuar el intestino. Esto
significa que ya es consciente de lo que está sucediendo con su cuerpo.
El establecimiento de rutinas es siempre muy importante en la educación de niños y niñas en la primera
infancia. Aprovechar las rutinas “espontáneas” de los niños y de las niñas ahorra tiempo y esfuerzo.
Sentarse en la “pelela” u orinal debe ser atractivo y agradable para el niño y la niña que está aprendiendo a
ir al baño y hacer que coincida con los horarios en los que acostumbra mojar el pañal o defecar. Los
premios y las recompensas son un estímulo de motivación extrínseca que es mejor evitar. Lo que interesa
realmente es que el niño o la niña se sienta bien consigo mismo/a cuando está sentado/a esperando
evacuar su vejiga o sus intestinos. Una manera de pasar el tiempo sin que se dé cuenta es cantando. Como
a los dos añitos apenas pueden hablar, al menos se le puede involucrar haciendo señas o gestos, o bien,
pidiéndole que a la señal nuestra, complete el verso con la palabra que sí sabe y puede decir. Una canción
popular que a los niños y a las niñas les gusta mucho es “Itsy Bitsy Araña”, cuando la arañita va de subida,
puede subir por la piernita o por el bracito, cuando se cae, hacer como que se cae hasta el suelo y así, con
gestos representar la canción completa.
Otra forma de pasar el tiempo en el orinal es “leyendo” cuentos o libros con imágenes coloridas. Pueden
destinarse algunos libros específicamente para tenerlos cerca del orinal para cuando sea el momento de la
“pelelectura” por ejemplo… La idea es hacer de la rutina algo agradable y sencillo que no genere estrés
innecesario y si después de leer o cantar no hace nada, que el niño o la niña sepa que “no pasa nada”, tal
vez más tarde vuelve y lo deja lleno. Pero cuando hace, entonces puede hacerse un gran aspaviento de
felicidad y felicitarle porque lo hizo muy bien. Algo importante es que el niño y la niña siempre reciba aliento
y señales de afecto que le hagan sentir bien; además, siempre debe estar en control de la decisión de
orinar o defecar; jamás debería ir obligado/a. Si hay accidentes, tampoco “pasa nada”. Está en un proceso
de aprendizaje y es válido equivocarse muchas veces hasta tener dominado cómo es que se hace. Más
vale lavar la ropa o regresar a los pañales que dejar heridas emocionales en el niño o la niña que después
son muy difíciles de sanar.
Otro factor fundamental para evitar el estreñimiento es la nutrición. Incrementar el consumo de fibra es lo
más adecuado para que las heces sean blandas y no produzcan molestias al salir. Las harinas integrales, la
avena y el yogur generalmente son del agradado de los bebés y les ayudan muchísimo en su digestión.
Sugerimos que consulte con un nutricionista especializado en primera infancia para que recomiende la
mejor dieta e incluso le indique los alimentos que deben evitarse.
Si hablamos de estados emocionales, el estreñimiento podría traducirse en una rabia, tristeza o estado
emocional muy fuerte como consecuencia de alguna experiencia vivida no placentera que se esté
conteniendo. La consulta con otro psicólogo puede ayudar a determinar si hubo alguna situación que
tuviera un impacto psicológico fuerte en la niña. De ser así, al liberarla de ese estado emocional limitante,
su comportamiento físico a nivel de intestinos podría mejorar. Habrá también qué explorar si hubo algún
evento importante en la familia que ella no comprendió o le causó una emoción desagradable, como la
separación de un ser querido, el cambio de casa o de escuela (si ya asiste a algún centro de cuidado), la
llegada de un hermanito, o bien, haber ingresado a un centro de cuidado por primera vez. Si fuera así, el
mecanismo de defensa psicológico de los niños es regresar a una etapa anterior en la que se sentían
seguros ante la inseguridad que les provoca la nueva situación. Para darle seguridad nuevamente, podrían
regresar a los pañales o utilizar ropa interior desechable para que sienta que no importa si se hace en la
ropa porque está aprendiendo y cuando ya aprenda bien lo hará en el baño como el resto de la familia.
Lo más importante es reafirmarle su amor incondicional. Su hija necesita estar segura de que la aman por
ser ella misma y no porque haga en el baño o no. Asidos del amor de los padres, cualquier aprendizaje es
sencillo para los niños y las niñas, y cualquier situación desequilibrante puede superarse con facilidad. Le
deseamos que la chiquita se mejore muy pronto.

Nota: En esta sección se ofrecen consejos prácticos para cada pregunta con base en la teoría existente y los criterios propios de la Asociación Guatemalteca De Padres a Hijos. Para abordar a profundidad cada tema y tratar cada situación específica, se recomienda la consulta directa con un psicólogo u otro especialista.
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Preguntas que los padres nos hacemos con más frecuencia
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