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y jugarán a elevar el “periscopio” para observar si hay algo en la
superficie, o bien, moverán los “hidroplanos” para bajar o subir el
submarino. Los insumos que les provee la lectura son ilimitados.
Si son libros de fantasía, se trasladarán a mundos distantes y
realizarán grandes hazañas, y si se trata de libros de ciencia,
podrán representar y apropiarse de todo lo que existe en el
mundo en el que viven.
Las visitas a lugares como granjas, parques ecológicos,
zoológicos, museos e incluso talleres artesanales pueden ser una
increíble fuente de “materia prima” para los juegos. Si durante la
visita se anima al niño o a la niña a que observe detenidamente y
a involucrarse en los procesos como el ordeño o recolección de
huevos en la granja, la exploración en el parque ecológico, la
observación del mantenimiento de los recintos en el zoológico,
etc., en su juego libre buscará recursos para jugar a todas estas
cosas. Si además se hizo énfasis en el vocabulario específico
(ordeño, ubre, caminata, sendero, recinto, cuidador, etc.), podrá
incorporar esos mismos términos nuevos en su juego para
hacerlos suyos. Aunque no los recuerde, papá y mamá que
juegan con ellos pueden traerlos a la memoria.
Los programas de televisión también son una fuente de
inspiración para los juegos. Por ello es importante vigilar lo que
los niños y las niñas ven de manera que lo que reciben sea
constructivo y presente modelos positivos. Es común verlos jugar
imitando los personajes de las caricaturas que ven, pero también,
si ven algún documental (alrededor de los cuatro años puede
surgir interés por los documentales) podrán jugar de lo que
vieron utilizando términos más precisos.
El juego simbólico es de por sí un gran ejercicio para la
imaginación y el desarrollo del pensamiento, pero puede
potenciarse aún más si los niños y las niñas tienen suficientes
experiencias para representar en sus juegos. También puede ser
un ejercicio de potenciación del lenguaje, cuando al jugar con
ellos, papás y mamás les ayudan a recordar los nombres
específicos de los elementos que están representando.
¡El juego es la principal estrategia de aprendizaje en la primera
infancia!
El juego simbólico y la riqueza de vocabulario por Mónica Sulecio de Álvarez Licenciada en Educación
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El juego simbólico es aquel en el que una canasta puede ser un
carro, un avión o un tren, y los objetos pequeños, ingredientes
para la sopa…
Fue Piaget, en su teoría sobre el desarrollo de la inteligencia
quien lo puso de manifiesto. Se trata de un recurso natural en el
juego infantil y a la vez un gran hito del desarrollo: imaginar que
algo puede tener una función distinta a la del objeto mismo.
El juego simbólico puede iniciar antes de los dos años, pero es
muy marcado entre los dos y los tres. El pensamiento divergente
que consiste básicamente en ver muchas posibilidades para una
sola cosa es fundamental para el desarrollo de la creatividad y
ésta, a su vez, es indispensable para la resolución de problemas,
tanto en la vida infantil como en la vida adulta. De tal forma que
al estimular el juego simbólico en el niño o la niña se estimula el
desarrollo de su pensamiento, su lenguaje y su creatividad.
No obstante, para que ese juego simbólico sea más
enriquecedor, el niño o la niña debe tener suficiente conocimiento
que pueda ser representado. Al principio imitarán lo que ven
hacer a los adultos con quienes se relacionan estrechamente.
Por ejemplo, jugarán de cocinar si ven a sus padres hacerlo; y, si
en casa participan activamente en la elaboración de los
alimentos, el juego será mucho más “especializado” por calificarlo
de alguna forma. Según lo que hayan ayudado a hacer podrán
utilizar “orégano” para condimentar la salsa italiana, por ejemplo;
o pensarán en hacer una ensalada con variedad de ingredientes
y hasta con aderezo “mil islas”.
Las experiencias permiten que los niños y las niñas incrementen
gradualmente su vocabulario y el juego es el escenario perfecto
para ponerlo en práctica.
Otra fuente de ideas para jugar es la lectura. Cuando se lee
sobre príncipes y princesas, no es extraño que las niñas y los
niños jueguen de príncipes y princesas. De igual manera si leen
sobre viajes en submarino, pueden un día decidir que van dentro
de un submarino y que observan las especies marinas.
Entonces, el vocabulario específico también se pondrá de
manifiesto
