
Niños y niñas por muy pequeños que sean (desde los tres años) tienen derecho a que se les
expliquen los acontecimientos que tienen lugar en el país donde viven y del cual son parte.
El caso de las elecciones presidenciales es un buen momento para explicar a los hijos lo que
está sucediendo y que posiblemente ya han observado a través de los mensajes constantes en
los medios de comunicación y los rótulos en la calle.
Antes de la lectura:
Vale la pena tomarse un tiempo para explicar a los niños y las niñas cómo funciona el sistema
democrático. Una manera sencilla de hacerlo es contarles que en los países hay muchísimas
personas y que cuando se trata de decisiones importantes para todos y todas es mejor que una
persona coordine esa decisión. Pueden pensar en quién decide cuándo inician las vacaciones
en el colegio, por ejemplo. Imaginen lo que pasaría si todos opinaran, difícilmente pondríamos
ponernos de acuerdo y hasta se correría el riesgo de que nunca se tomara una decisión. De
esta cuenta, hay alguien que trabaja con el presidente y le ayuda a decidir estas cosas por
nosotros. Además, cada uno de nosotros tiene cosas qué hacer y en un momento dado, todos
podrían estar muy ocupados para tomar decisiones. Por ello, cada cierto tiempo, las personas
que vivimos en un país elegimos a la persona que queremos que junto a su equipo, decida por
nosotros en los asuntos que tienen que ver con todo el país.
A ese grupo de personas se le llama gobierno y a quien lo dirige se le llama presidente.
Pregunten si saben quién es el presidente actual de su país y si no lo saben, compartan el
nombre y alguna fotografía de prensa. Expliquen cómo funciona la dinámica de las elecciones:
cada cierto tiempo se cambia de presidente y las personas que quieren ocupar el puesto tratan
de convencer a los demás de que los prefieran a ellos, diciendo las cosas buenas que van a
hacer cuando sean presidentes. Así, las personas los escuchan y deciden a quien prefieren. La
forma de hacerlo es marcando en una hoja a la persona que se desea para presidente. En esa
hoja están los nombres y las fotografías de todos los que quieren ser presidentes, de los
candidatos; entonces, los adultos del país van el día de las elecciones a marcar en ese papel a
quien prefieran. El candidato que más papeles marcados tenga con su nombre, gana y se
convierte en el Presidente.
Pregunten ahora si les gustaría leer un cuento en el que las abejas de un panal están buscando
presidente.
Durante la lectura:
Deténganse en cada una de las abejas que fueron presidentes y revisen sus acciones y
actitudes:
¿Por qué está mal lo que hicieron? ¿Confiarías en alguien que en vez de trabajar se duerme
todo el día, o en alguien que con el dinero de otros se compra cosas para él mismo? ¿Qué debe
hacer un verdadero presidente? ¿Cómo era Fermín?
Después de la lectura:
Reescriban el cuento, pero esta vez, reemplacen al animalito; pueden hacer un nuevo cuento
sobre un jaguar presidente, un cerdito presidente, una vaca presidente, etc. Utilicen hojas en
blanco para dibujar carteles con sus respectivos símbolos, como los del cuento original.
Si pudieran pedirle algo al presidente y gobierno de turno, ¿qué le pedirían? Hagan una lluvia
de ideas de lo que les gustaría que el gobierno hiciera por todos.
Creen su propio partido y elijan a su candidato para presidente. ¿Qué valores defenderían? En
una hoja, dibujen el símbolo que elegirían para representarlo. ¿Qué ofrecerían? ¿Cómo harían
para cumplir con lo que ofrecen?
Contribuir con sus acciones a la construcción de un mejor país es el deber de todo ciudadano y este valor, junto con el amor por la patria, se construye desde la primera infancia.
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Guía de lectura: Una abeja presidente de Carlos Marianidis
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