
Este cuento es un poco largo y sin dibujos parecerá demasiado extenso para los niños
y las niñas que están en la primera infancia, pues a esa edad, lo que más gusta
generalmente son las ilustraciones del los libros que además les ayuda a entender la
historia. A esa edad la estimulación de varios sentidos a la vez es fundamental para
cautivarlos con una actividad. Eso no quiere decir, por supuesto que no haya niños que puedan
disfrutar de escuchar la historia y de interactuar con quien la lee para averiguar qué más
pasará. La lectura, entonces, deberá ser mucho más activa para sustituir las imágenes y lograr
que el niño o la niña imagine con mucho detalle la historia. Otra recomendación puede ser leer
primero la historia sin la presencia del niño o de la niña y narrársela posteriormente con las
propias palabras y posiblemente abreviada. La intención básica es variar la rutina de la lectura
del cuento y estar abierto a nuevas posibilidades.
El tema de esta historia lleva un mensaje especialmente a los adultos para que no motiven sin
querer a sus hijos a desear abandonar su época de infancia para tener “los derechos de los
adultos”. Los niños y las niñas deben sentirse bien siendo niños y niñas, pero a la vez los
adultos deben respetar sus derechos como seres humanos: el de ser protegido y de que se le
procuren todos los medios posibles que permitan su completo desarrollo integral; también, el de
crecer un ambiente afectuoso que le haga sentirse amado y seguro, pero sobre todo respetado
como persona individual.
Los niños y las niñas conocen el mundo a través de las razones que dan los adultos a sus
decisiones. Por ello, si se les prohíbe algo, la razón debe ser justa y válida. Uno de los ejemplos
que se encuentra en la historia es la razón de no poder ver una película de terror hasta que sea
mayor. Esa razón no es ni justa ni válida para un niño de seis años. Incluso el beneficio de ver
una película así para un adulto es cuestionable. Como formadores del carácter, los padres y las
madres están llamados a inculcar buenos hábitos a sus hijos y a reconocer lo que les ayuda a
crecer y lo que no, de tal manera que todas sus decisiones sean siempre en base a criterios de
prosperidad espiritual, mejoramiento de la calidad de vida y crecimiento del ser. ¿Ver una
película de terror te ayuda a ser mejor persona? Cuidado entonces con las razones que se dan
a los niños, pues son esas razones las que le dan los parámetros para vivir su vida ahora y
cuando sea adulto.
¿Pregunten qué les gusta de ser niño o niña? ¿Qué no les gusta?
¿Qué hacen los niños? Repasen tanto derechos como obligaciones.
¿Qué cosas son para niños que los adultos ya no pueden usar o disfrutar?
¿Qué diferencia hay entre niños y adultos?
Cuéntenles cosas de su propia niñez. ¿Qué hacían cuando eran niños? ¿A qué jugaban?
Incluyan en sus historias al tío, la tía, el abuelo, etc., aún si ya no están con ustedes. Escuchar
sobre la niñez de los miembros de su familia es siempre una experiencia mágica para cualquier
niño.
¡Ayuden a sus hijos a disfrutar y aprovechar al máximo su niñez!

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Guía de lectura: Cuando seas más grande
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