Hemos destinado esta sección para tratar de resolver las dudas que con frecuencia tienen padres y madres
de familia respecto a sus hijos.  Incluiremos las preguntas que nos envíen desde el formulario que aparece
en la página principal.
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específicos abordados en las distintas secciones del sitio:
20. Mi hijo tiene un año y siete meses. En su afán de explorar a veces hace cosas que pueden ser peligrosas como
subirse en una silla, caminar sobre la cama, meter las manos en el inodoro, urgar en el bote de basura. Cuando se le
explica que es peligro y se le retira del lugar hace berrinche y llora. ¿Cuál es la forma correcta de establecer un patrón de
disciplina? Gracias

Los niños son curiosos por naturaleza pues esta es la manera como el cerebro humano viene “programado” para aprender.  
Por ello, alentar la exploración promueve el hábito del aprendizaje permanente y permite un aprendizaje mucho más real y
significativo para quien aprende.

A todos los niños les encanta llegar a lugares inexplorados (subirse a sillas), sentir otras experiencias (caminar sobre la
cama), jugar con agua (meter las manos en el inodoro) y descubrir juguetes nuevos (urgar en el bote de basura). Cada vez
que usted u otro adulto se lo impiden abiertamente, es como si se interpusieran entre él y sus más gratos placeres.  Puede
equipararlo con la sensación de estar una noche viendo un programa fabuloso en la televisión y que se vaya la luz, ¿se
sentiría contrariado/as, verdad?  Con la madurez que nos da la edad adulta, podemos asimilar la situación y resignarnos a
cambiar de actividad y tener la esperanza de que lo repitan otro día.  Los niños pequeños, en especial los menores de tres
años, no tienen aún esta capacidad, por ello para que dejen de hacer lo que están haciendo se les debe atraer con otra cosa
y motivarlos a cambiar de actividad con ideas creativas y objetos atractivos en vez de frustrar sus pasiones.

Subirse a las sillas y caminar sobre la cama está bien e incluso son actividades que deberían estimularse para enseñarle a
dominar su cuerpo y adquirir equilibrio.  Por supuesto, siempre en compañía de un adulto para prevenir una caída.

La acción de trepar, por ejemplo, requiere un movimiento coordinado de las extremidades derechas e izquierdas, lo que
también estimula una coordinación entre los dos hemisferios cerebrales.  Además, al querer subirse a la silla, el niño o la
niña se trazan un objetivo y diseñan un plan para lograrlo (arrimar algo que le sirva de banco, por ejemplo).  La planificación
estratégica es seguramente una destreza que todos los padres deberíamos fomentar en nuestros hijos desde pequeñitos.  

Asimismo, caminar y saltar sobre la cama son excelentes ejercicios para mantener el equilibrio, fortalecer sus piernas,
ejercitarse y favorecer su orientación espacial (manejar el área de la cama para no caer).  También debe hacerse
acompañado de un adulto para prevenir golpes serios.  Los bebés necesitan aprender a conocer y controlar su cuerpo y sus
movimientos; y aunque para lograrlo pueden jugar en el jardín o sobre una alfombra, la cama es un lugar estupendo porque
sólo ahí se puede ¡rebotar!

Por el contrario, jugar con el agua del inodoro y urgar en los botes de basura presentan riesgos de salud y por ello deben
evitarse, pero no diciéndole que no lo haga, porque ocurren dos cosas:  1) no entiende la razón de no hacerlo si para él es
sencillamente ¡maravilloso! y 2) lo prohibido muchas veces es lo más apetecido, aún en la más tiernas edades, y mucho más
si con eso logra llamar la atención de sus padres.  La recomendación es mantener cerrada la puerta del baño y colocar los
botes de basura en lugares donde no pueda alcanzarlos (lugares altos o puertas aseguradas).  El interés por estos objetos
desaparecerá alrededor de los tres años cuando haya aprendido a ir al baño y entienda la función del inodoro y la del bote de
basura como lugares para los desechos.

¡Bienvenidos al fascinante mundo de los bebés exploradores!

21. ¿Cómo conciliar las reglas en casa entre esposos para con los hijos, cuando las diferencias son muy marcadas en  
costumbres?   

Cuando en pareja se decide formar un matrimonio, esta decisión implica la construcción de un proyecto de vida juntos.  En el
matrimonio se trata de crear juntos, tanto con las características que poseen en común como con las que poseen
individualmente, un futuro en el que ambos puedan crecer y florecer.  Con la llegada de los hijos, el proyecto de vida que
planificaron en un inicio debe ser revisado y adaptado para incluir en él la formación de su descendencia y los lineamientos
para crecer como familia sobre la base de principios y valores sólidos.

Las costumbres son la sal y la pimienta de cada familia.  La diversidad enriquece la cultural familiar y amplía el horizonte de
los hijos.  En lo que sí deben coincidir los esposos al momento de definir las reglas familiares (las reglas aplican no sólo a
los hijos sino a todos los miembros de la familia) es en los principios y los valores en los que creen.  La recomendación es
que se sienten una tarde tranquila cuando no estén los niños y decidan juntos qué valores son los más importantes para
ustedes y a partir de ellos decidan las normas de convivencia de su familia.  Los niños respetarán las normas sólo si
observan que sus padres viven en congruencia con ellas y con los valores familiares, por eso necesitan esforzarse por ser
ustedes el principal ejemplo en el cumplimiento de las normas que eligieron.  Si consideran que sus hijos tienen ya un nivel
de madurez que les permita participar en el proceso de establecimiento de normas, aliéntenlos a tomar parte activa.

No dejen que la diferencia en costumbres les impida la construcción de un único proyecto de vida en común: aférrense a
los valores y principios en los que ambos creen.
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Nota:  En esta sección se ofrecen consejos prácticos para cada pregunta con base en la teoría
existente y los criterios propios de la Asociación Guatemalteca De Padres a Hijos. Para abordar a
profundidad cada tema y tratar cada situación específica, se recomienda la consulta directa con
un psicólogo u otro especialista.
Preguntas que los padres nos hacemos con más
frecuencia (continuación)