Hemos destinado esta sección para tratar de resolver las dudas que con frecuencia tienen padres y madres
de familia respecto a sus hijos. Incluiremos las preguntas que nos envíen desde el formulario que aparece
en la página principal.
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específicos abordados en las distintas secciones del sitio:
45. Mi hija de dos años se chupa el pulgar cuando tiene sueño, ¿cómo puedo quitarle ese hábito?
Gracias por su pregunta. Parecerá extraño pero la primera manera de ayudar a su hija a dejar el hábito de
chuparse su dedito pulgar cuando tiene sueño es no darle demasiada importancia a esa costumbre.
En los primeros ocho meses de vida, el reflejo de succión es bastante fuerte y el bebé se chupa su dedo
pulgar como una forma de calmarse a sí mismo/a. Poco a poco, este reflejo se vuelve más débil hasta que
desaparece al final del año. A partir de entonces, la succión del dedo pulgar es un hábito, como bien lo
expone en su pregunta, que desaparecerá gradualmente hacia los tres o cuatro años.
En la etapa en la que está su hija, la ayuda que necesita de ustedes es encontrar nuevos hábitos para
conciliar el sueño que no interfieran con su salud.
Los dos años es una edad en la que la que la capacidad del lenguaje es limitada, y por ende, también su
nivel de pensamiento. El niño y la niña a esta edad obtienen la noción de seguridad del afecto de sus
padres y de sí mismos a través de acciones relacionadas con los sentidos: oler telas favoritas, acariciar o
abrazar muñecos preferidos, acariciar el pelo de mamá o papá, chuparse el dedo pulgar, etc. Puesto que
chuparse el dedo pulgar es el hábito que podría presentar algún problema con la dentadura o el dedo
mismo, lo mejor es ayudarle a trasladar ese hábito a otro menos “riesgoso” mientras su desarrollo mental le
permite encontrar la seguridad que busca en los recuerdos que a diario registra de sus interacciones con
mamá y papá.
Su ayuda consistirá en avanzar de chuparse el dedo para sentirse segura de sí misma y del cariño de
ustedes, hacia el desarrollo de la convicción plena de su lugar en el mundo y de la relación los miembros de
la familia. Mientras eso llega, la mejor forma de ayudarla a dejar ese hábito es darle opciones como
acurrucarse en su regazo, un sofá o su cuna, por ejemplo, y sostener con su manita un muñeco especial,
una manta, o la mano o el pelo de papá o mamá.
Su bebé está empezando a ser una “niña grande”, pero aún necesita todo su amor, ternura y paciencia.
Necesita reforzar a diario y constantemente, con sus respuestas amables, comprensivas y cariñosas que
ustedes la aman, que es una persona especial y que cada día se hace más grande y puede hacer más
cosas sola. ¡Felicidades!
46. ¿Cómo puedo hacer para que mi hijo de cinco años no escriba tan duro?
El control de la presión es justamente una de las destrezas que el niño y la niña deben dominar para
iniciarse en la escritura. Si aprieta demasiado el lápiz y escribe haciendo mucha fuerza, se cansará
innecesariamente y escribir se convertirá en una actividad molesta.
Un requisito primordial para iniciarse en la escritura es un desarrollo adecuado en la motricidad gruesa, es
decir, controlar adecuadamente los movimientos de los músculos grandes tales como los de los brazos, las
piernas y los hombros. Para la escritura, el fortalecimiento de los músculos de los hombros es importante.
¿Gateó su hijo de pequeño? El gateo ofrece justamente la ejercitación de esos músculos y puede aún
puede estimularse jugando a imitar animales como leones, tigres, osos, perros o cualquier otro animal de
cuatro patas.
Escribir muy fuerte puede deberse a la preocupación por sostener correctamente el lápiz, a la tensión por
no salirse de la línea, a cierta ansiedad por hacerlo bien e incluso a tensiones internas provocadas por
alguna situación frustrante por la que esté atravesando, en cuyo caso lo mejor será consultar con un
psicólogo especialista. Si se trata de ansiedad por hacer las cosas bien, básicamente lo recomendable es
darle suficientes oportunidades para expresarse en total libertad. Sin importar si se sale de la línea o si el
rojo no combina con el morado…
Antes de empezar a escribir, los niños y las niñas necesitan haber pintado muchas hojas de colores con
pinceles, marcadores, crayones y sus propias manos. Hacer demasiada presión es también un problema
de motricidad fina que se resuelve teniendo práctica abundante. Los crayones de madera no son un buen
instrumento en la primera infancia porque con algunos hay que hacer demasiada presión para iluminar la
hoja; la mejor opción son los crayones de cera, los marcadores de agua y las témperas para usar con
pincel.
En las actividades cotidianas tenemos infinidad de oportunidades para que los niños y las niñas aprendan a
controlar la presión que hacen con sus dedos y manos, entre ellas están:
- lavarse los dientes
- lavar algunos juguetes pequeños con un cepillo pequeño
- untar un pan o galletas de soda con queso crema, jalea o mantequilla de maní
- en época de Carnaval: pintar cascarones
- doblar la ropa
- hacer figuras de papel con dobleces
- acariciar una mascota
- jugar con vejigas
- voltear las páginas de un libro
- servirse de una jarra sin derramar el líquido
- servirse leche en polvo, azúcar y cualquier otro alimento en polvo por cucharadas
- etc.
¡La práctica hace al maestro! Las actividades de la vida diaria son la mejor práctica, pues además de
ejercitar la motricidad y la coordinación de los movimientos en la primera infancia, son significativas, ofrecen
la oportunidad de ayudar y compartir en familia, así como de sentirse bien consigo mismo.

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Nota: En esta sección se ofrecen consejos prácticos para cada pregunta con base en la teoría existente y los criterios propios de la Asociación Guatemalteca De Padres a Hijos. Para abordar a profundidad cada tema y tratar cada situación específica, se recomienda la consulta directa con un psicólogo u otro especialista.
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Preguntas que los padres nos hacemos con más frecuencia
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